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Entramos en una fase de nuevas revoluciones

Sobre la vigencia del socialismo por Abdullah Öcalan (Parte 3)

Este texto es parte del libro “Insistir en el socialismo es insistir en la humanidad", escrito por Abdullah Öcalan en los noventa en respuesta a la caída del “socialismo real” defendiendo la necesidad de desarrollar un nuevo socialismo para el siglo veintiuno.


Estados Unidos sigue siendo el emperador en el plano estratégico internacional, dentro del cual Turquía y sus dirigentes ocupan un lugar importante. En lo que respecta a los Balcanes, el Cáucaso y Oriente Medio, éstos mantienen relaciones estratégicas con los dirigentes turcos. Quizás a futuro esta relación pueda incluso fortalecerse. Sin embargo esta relación no tiene por qué ser eterna ni inevitable. El desarrollo de dicha relación también está asociado a su carácter inestable. No abandonan a Turquía pero al mismo tiempo saben que deben buscar alternativas. Esto lo subrayan a menudo los primeros ministros turcos cuando declaran: "Nos dan mucho apoyo; por primera vez, hay un interés internacional tan alto en nosotros; han comprendido nuestra importancia estratégica". Sí, lo entienden, pero también saben que el liderazgo turco es temporal. Porque EE.UU. ve que ya no puede realizar esta labor sólo a través de agentes y por eso despliega otras medidas.


La actitud de EE.UU. podría describirse a grandes rasgos de la siguiente forma: En su estrategia dicen "Trataremos a Turquía en su declive con el mismo sumo cuidado, independientemente de que sea veinticuatro horas o una hora antes". Sin embargo, por otro lado, entran en pánico ante la cuestión de qué se puede hacer contra ella. Al tiempo que califican al PKK como terrorista número uno, proyectan cómo establecer relaciones directas o indirectas con el PKK. Para ello, movilizan a sus colaboradores, incluso les invitan a eventos especiales, y comprometen a todos sus pequeños y grandes agentes. Quieren desarrollar un ala moderada dentro de nosotros, encender la llamada "luz verde"(1). Persiguen esto con gran perseverancia. Especialmente cuando gritan a viva voz "PKK terrorista", lo que quieren decir es: "desarrollen un PKK moderado". Esto demuestra que están en apuros y también revela que están muy cerca de reconocer nuestro poder político, nosotros el PKK, incluidas nuestras fuerzas militares, y por lo tanto no dudarán en buscar el contacto con nosotros.


Sería un error creer que la estrategia de EE.UU. consiste en no mostrar interés en el avance revolucionario emergente e intentar sofocarlo con métodos de difamación, como llamarlo "terrorista". EE.UU. intentará interferir en los asuntos internos de la revolución. Si no consiguen identificar un ala moderada, intentarán fomentarla. Mantendrían dicha actitud, incluso si existieran 10 o 50 años después de la victoria de una revolución. No tenemos ninguna duda al respecto. (...) Seguiremos de cerca sus estrategias, sus relaciones y sus objetivos. Por lo tanto, no les tememos y no nos asusta establecer contactos con ellos. Sin embargo, seguiremos siendo escépticos en cuanto a sus intenciones, objetivos y valores de explotación imperialista. Debemos entenderlos muy bien, ver sus intenciones políticas actuales y en los próximos 10 o 50 años, y trabajar contra ellos. Estableceremos contactos con ellos para conocerlos mejor y exigirles responsabilidades por sus años de vergonzosa política contra nosotros.


¿Ha llegado el fin de la humanidad?

Es imposible pasar por alto el poder de EE.UU. como el mayor emperador de nuestro tiempo y no examinarlo desde todos los ángulos. Sobre todo, no es posible negarlo, tengamos o no relaciones con ellos. Es importante luchar contra ellos cuando no se tienen relaciones con ellos. Pero es especialmente importante luchar contra ellos cuando tenemos la mejor relación con ellos. Si el imperialismo evoluciona a través de su constante renovación, lo mismo debe hacer nuestra revolución para estar siempre presta a combatirlo. Esto es necesario para nuestra victoria y para un gran avance. Es obvio que el imperialismo existe y que no está erradicado. En la izquierda turca era muy habitual hablar del imperialismo, pero hoy ya no se habla de ello, como si el imperialismo ya no existiera. El imperialismo existe pero de tal forma que domina el ser más íntimo de las personas. Mediante el perfeccionamiento de su metodología y su discurso, se instaura en las mentes y en los corazones. En vez del simple militarismo, la burda represión política y colonización económica, ha surgido una nueva forma de imperialismo que va más allá del individuo como ser humano. Así que su avance actual se basa en conducir a la gente a la incultura y a la falta de emociones, agitando los instintos humanos y animalizando al ser humano.


Hay que observar estos aspectos del desarrollo imperialista. El imperialismo atenta contra la naturaleza y el medio ambiente, contra el alma y la historia de los pueblos. La destrucción del medio ambiente, que en los últimos años se ha denominado "contaminación ambiental", que ha hecho a la naturaleza incapaz de continuar su propia existencia, expresa la crueldad del ataque imperialista. Son abundantes los ataques contra la historia y los valores históricos de los pueblos. Con el llamado "estilo de vida americano", el estilo de vida imperialista americano, se quieren olvidar todos los valores éticos, la conciencia histórica y los valores históricos de los pueblos; condensados bajo el lema de "no hay historia" o de que "ha llegado el fin de la historia". ¿Es realmente la historia la que está llegando a su fin? ¿O es el imperialismo el que se está extinguiendo y está muriendo debido a su pérdida permanente de la historia? ¿O es la humanidad la que ha llegado a su fin?


Debemos ahondar en estas cuestiones. El imperialismo oscurece el alma y la conciencia, debido a que no se basa exclusivamente en el puro beneficio. Es cierto que continua existiendo una explotación descarada. Pero hoy nos enfrentamos al hecho de que se ha apoderado del alma humana, hasta ahora no conquistada, y la ha mercantilizado, al igual que a las mujeres y a las emociones humanas. En nombre de la globalización, destruyen la diversidad de las naciones, las culturas y el alma de los pueblos. El imperialismo ha declarado la guerra a estos valores. Mediante su apoyo sin límites a la especulación internacional (bolsas, bancos...), a los monopolios y a las empresas multinacionales, el imperialismo crea las bases para consolidar sus ataques. Es evidente que el imperialismo ni retrocede ni se acaba. Al contrario, su avance es evidente. El imperialismo no ha llegado a su fin, sino que profundiza, se expande y penetra en la psique de los pueblos. Por supuesto, también es concebible un proceso de desintegración del imperialismo, ya que todo proceso contiene una fase de desarrollo y otra de declive. En consecuencia, el proceso de desimperialización comenzaría aquí en lugar del imperialismo. Sin embargo, tal y como evoluciona actualmente debería observarse la tendencia contraria. El debilitamiento y la regresión del imperialismo serían evidentes si, en primer lugar, los Estados fueran cada vez más independientes y, en segundo lugar, si los pueblos se unieran hacia una vida en común. Mientras que en el siglo XIX, la primera etapa del imperialismo se caracteriza por la fase de la liberación nacional y la explotación flagrante del trabajo, el siglo XX se define por la segunda etapa. En última instancia, ambas fases principales han conducido a una regresión de la explotación imperialista y la opresión política. Muy probablemente el siglo XXI sea el siglo en el que se superen los daños causados por el imperialismo en la mente, el alma y la cultura de los pueblos. Consecuentemente en este siglo recae especialmente sobre nosotros la responsabilidad de reparar los daños causados al medio ambiente, resolver el problema del crecimiento demográfico, poner fin al llamado "fin de la historia" y al consumo de valores históricos; detener la asfixia del alma humana; acabar con la mercantilización de la mujer, impedir la comercialización y explotación de la sexualidad, y capacitar a la mujer para servir a la humanidad, reconectarla con la cultura humana, la historia y la naturaleza. Sin duda alguna, puedo ver ya hoy que la liberación de la mujer emerge como el objetivo más importante de las revoluciones del siglo XXI.


En este sentido, no es el fin de las revoluciones, sino que estamos entrando en la fase en que las revoluciones requieren de un trabajo profundo y sensible. Dicho de otra forma, significa que hemos salido de la brutal fase de lucha de clases y lucha nacional y estamos entrando en el período de profundas revoluciones sociales, culturales, intelectuales, psicológicas y éticas. Éstas son al menos tan importantes como las revoluciones militares, políticas y económicas. ¿Cómo podemos hablar de una revolución sana o de una vida sana sin la revolución espiritual, social y natural de la humanidad? Por lo tanto, será necesario hacer frente a los recrudecidos e interiorizados ataques del imperialismo a través de revoluciones profundas, espirituales, éticas, morales, históricas y globales.


El resto del mundo no se quedará de brazos cruzados

Mientras Estados Unidos desempeña el papel de actor principal y emperador, Alemania no se quedará de brazos cruzados. Esto es debido a que Alemania tuvo intereses imperialistas en el siglo XIX y los tiene en el XX. Por esta razón, provocó dos grandes guerras mundiales y varias guerras pequeñas. Desde la expansión fascista hasta el genocidio, Alemania se ha convertido en una maldición para la humanidad. Alemania no sólo llevó a cabo el asesinato en masa de judíos, sino que también permitió el asesinato de armenios mediante el apoyo a Ittihad ve Terraki(2). ¿Podemos pasar por alto hoy el apoyo alemán en la guerra del Kurdistán? De hecho, es muy importante comprender y analizar la participación del imperialismo alemán en los asesinatos en masa tanto dentro como fuera de sus fronteras.


Japón se está construyendo y está a punto de expandirse por todo el mundo. Para ello, debe alimentar este régimen fascista y siempre está atento de no quedar rezagado respecto a EE.UU. y Alemania. Tras el pretexto de desarrollar Oriente Medio esconde la intención de someter económicamente y expandirse en la región. Ha despertado muy tarde y avanza hacia a un mal final. También es de gran importancia una evaluación precisa de la regresión en Rusia. ¿Es Rusia imperialista? ¿El colapso del socialismo real traerá el imperialismo a Rusia, o se iniciará un nuevo proceso socialista? Para responder a estas preguntas, primero hay que analizar el carácter político contradictorio de Rusia. Es evidente que el colapso del socialismo real en Rusia no supuso el fin del país. Hoy domina una lucha entre fuerzas socialistas, nacionalistas y de intereses capitalistas en desarrollo. Estas contradicciones permiten establecer nuevas relaciones con los países imperialistas. Por lo tanto, debe ser analizado cuidadosamente el papel de Rusia en los Balcanes, en el Cáucaso y en Oriente Medio.


¿Qué vía encontrará la Revolución kurda?


Las crecientes contradicciones del imperialismo plantean interrogantes sobre las vías que hallará la revolución kurda y cómo podrá aprovecharlas. La disolución del socialismo real ha llevado a la agudización de las contradicciones en los países imperialistas. Esta coyuntura, comparada con el statu quo anterior, permite una intervención más positiva y se acerca más a una desintegración positiva. El Caos, también denominado "Nuevo Orden Mundial" por EE.UU., potencia las posibilidades de la revolución.


Igualmente en nuestra región de Oriente Medio se están produciendo algunos cambios. Actualmente, parece que el conocido conflicto árabe-israelí se encamina hacia el compromiso. Este proceso no traerá consigo una paz decisiva y, por lo tanto, tampoco la deseada disposición al compromiso. Porque Israel o sus expresiones sionistas no se limitarán sólo a Israel. El sionismo es una fuerza que tiene apoyo en todo el mundo y es influyente. Israel no se contentará con Palestina y los Estados árabes. Su interés será ampliar su esfera de influencia.


Es muy evidente su influencia sobre Turquía y los dirigentes turcos. También sabemos que quiere ampliar sus relaciones con los Estados túrquicos a través de Turquía. También es sabido que muchos dirigentes árabes dependen de Israel. Por esta razón, el conflicto árabe-israelí no puede resolverse fácilmente mediante compromisos. Al contrario, las contradicciones se agudizarán con dicha política. Sin embargo, la vía del compromiso es necesario; por un lado, porque el equilibrio político de poder lo requiere, y por otro, porque se hace evidente que los viejos métodos de resolución de conflictos no hacen avanzar a ninguna de las partes. Consecuentemente estas formas de confrontación carecerán de sentido cada vez más. Ni los árabes podrán erradicar a Israel según sus deseos, ni Israel podrá obligar a los árabes a arrodillarse. En el caso de ambas partes, no se puede hablar de victoria absoluta. En última instancia, ambos se vieron forzados a iniciar conversaciones de paz. Ninguna de las partes fue capaz de sentar de antemano las bases de sus respectivas intenciones y hacer realidad sus planes. Así que optaron por la vía intermedia y actualmente están dialogando. Sin embargo, hay que subrayar que, al igual que no es posible poner fin al conflicto por la vía militar, tampoco sería posible una paz estable y estratégica a largo plazo por esta vía. Se trata de una fase indecisa, caracterizada por el titubeo que da forma a la política de compromisos. Esta frágil condición puede dar al traste en cualquier momento. Habrá compromisos, pero dentro de ellos también se están plantando las semillas del conflicto.


Llegados a este punto, la situación de Irán también debe considerarse desde una perspectiva oriental. Irán es un estado que siempre ha estado en conflicto con las dirigencias de los estados árabes, del Cáucaso y de Oriente Medio. La larga guerra entre Irán e Iraq devino de contradicciones históricas. Así pues, Irán también está en conflicto con Turquía. No son solo diferencias religiosas. El conflicto entre ambos tiene razones políticas y es el resultado de contradicciones históricas. Por lo tanto, es difícil que Irán llegue a acuerdos con Turquía y, más aún, que desarrolle una amistad basada en la confianza con Turquía. Esto también se aplica a las relaciones de Irán con Irak y otros Estados árabes. Por lo tanto, Irán siempre será la mayor fuente de contradicciones de nuestra región. Irán mantuvo esta actitud tanto en tiempos del Sha como en la actualidad, y probablemente la mantendrá en el futuro. Sin embargo, es incapaz de superar sus contradicciones mediante las guerras ni a través de compromisos estables.


Hay que defender a la humanidad

Sin duda, el imperialismo ya no podrá proceder como antes, utilizando ataques brutales contra las revoluciones populares y las estructuras sociales. Aplicará otros métodos y lo está haciendo ahora. Alude a sus logros tecnológicos y, por tanto, es capaz de guiar psicológicamente al mundo de manera integral. Se erige en un liderazgo científico y técnico en todo el mundo y pretende tomar a la gente como rehén a través de su desarrollo tecnológico. Ya no utilizará las bombas atómicas porque, de lo contrario, no tendría un mundo en el que vivir. Tampoco es necesario que ocupe más territorios porque apenas queda un lugar que no haya ocupado. El imperialismo necesita plantearse otra forma de ocupación, otro tipo de tecnología armamentística. Estos planes ya se están llevando a cabo y puede denominarse guerra psicológica. En este contexto, también utiliza estos métodos profundos y seguirá explotándolos. Se trata de sembrar y librar guerras en las mentes y en las almas de las personas. Desarrollará aún más el recién creado grado de dependencia de las mentes y las almas. Por lo tanto, es necesaria la revolución de la mente, del alma y de su metodología particular. Esto se traduce en una revolución para el pensamiento independiente, para no vender el alma y para defender los valores humanos elementales. También podemos denominarla una revolución defensiva.


Porque si pretenden destruir nuestra humanidad, hay que defenderla. Si pretenden destruir el medio ambiente, hay que adoptar los medios técnicos adecuados para impedirlo y defenderlo. Nos opondremos a la destrucción atemporal de los grupos sociales y las naciones, así como a la destrucción de las lenguas y las culturas. De hecho, ha surgido un nuevo tipo de enfermedad por llevar a la gente al estrés y a la angustia. Tal vez el estrés se haya convertido en la causa de todas las enfermedades. El ser humano debe encontrar en sí mismo el deber de salvación. El estrés es un fenómeno del imperialismo, al igual que las nuevas enfermedades. La lucha contra ellas es la lucha anti-imperialista. Hay que encontrar las formas de esta lucha. Es evidente que la única solución a estos fenómenos es la revolución. Porque la naturaleza inherente del desarrollo imperialista es crear muchas enfermedades y solamente podrá superarse mediante la creación de un nuevo orden social, es decir, mediante la revolución. También encontraremos la tecnología necesaria para ello. Está surgiendo una nueva teoría para el socialismo. Las teorías del socialismo del siglo XIX no tendrán éxito en esta fase. Esto significa que no podemos enriquecer la teoría socialista con las valoraciones y teorías impresas del socialismo del siglo XIX o con las valoraciones de las revoluciones de liberación nacional y del imperialismo del siglo XX. Podemos contribuir a la teoría socialista no sólo exponiendo y analizando los problemas de nuestro tiempo actual, el siglo XXI, sino también desarrollando la metodología necesaria para su solución. Sin embargo, la necesidad de una nueva teoría no implica negar completamente el pasado.


Contribuir al socialismo significa enriquecer la mentalidad y la táctica de lucha del partido de acuerdo con los tiempos, sin negar sus viejas posiciones y métodos. Podemos hablar de contribuir a las viejas tácticas de lucha socialistas mediante el desarrollo de nuevas tácticas. La época de la teoría y la praxis clásicas del socialismo ni ha terminado ni el socialismo ha sufrido una derrota decisiva. Al contrario, se convertirá en una gran fuerza mediante la aplicación de las nuevas teorías y las nuevas prácticas. Y será una fuerza tanto para luchar contra el imperialismo y sus principales representantes como para la transición a una nueva etapa del socialismo. El colapso del socialismo real en la Unión Soviética no significa que todo haya terminado. Los logros de aquella época abrirán el camino a nuevas formas de socialismo. Los éxitos de pequeños y grandes países y pueblos en este período demuestran científicamente que la esencia creadora del socialismo hace que esto sea inevitable y evidencia que ésta es la verdadera naturaleza del socialismo. Esto también podemos verlo en nuestra propia experiencia y no es difícil aplicar este análisis sobre el terreno que hemos elegido como objetivo.

1 Se trata de una referencia a una reunión con un político turco que viajó a Inglaterra en los años 90 para discutir cómo tratar con el PKK y después dijo que se había encendido una "luz verde", refiriéndose a los permisos para iniciar un nuevo ataque.

2 İttihad ve Terakki Cemiyeti: Organizaciones de los llamados Jóvenes Turcos

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