La ocupación del bosque de “Teslastoppen” y el futuro del movimiento ecológico alemán
Una mañana a finales de febrero, en un bosque cerca de Berlín, se pueden ver algunas casas en los árboles. Las pequeñas estructuras se balancean arriba en los árboles con el viento. Entre ellas, a través del aire, se han instalado largas cuerdas. Varios activistas caminan sobre las cuerdas. Muchas más personas trabajan en el suelo, como una colonia de hormigas. Todos saben lo que hay que hacer. Ya sea trabajando en los árboles, en el suelo o en el bosque circundante, el objetivo colectivo es construir más casas en los árboles y subirlas a las copas. En un lado, hay muchas tablas de madera y troncos grandes en el suelo. Si miras en la otra dirección, verás a veinte personas levantando una casa hacia las copas de los árboles, pieza por pieza, usando solo dos cuerdas. Mientras tanto, algunos periodistas están por allí, documentando todo con energía.
Poco después, la ocupación del bosque se hace pública. Las primeras patrullas llegan y confirman por radio a la central de policía que la ocupación realmente existe. En los días siguientes, decenas de reporteros más pasan por el lugar. Todos los medios, ya sean locales o globales, informan sobre la nueva ocupación del bosque “Teslastoppen”, que se opone a la expansión de la Gigafábrica de Tesla.
Con su acción, los activistas llaman la atención sobre el hecho de que se planea expandir la fábrica a pesar de su enorme consumo de agua, comparable al consumo de 40,000 residentes locales, y en contra de la voluntad de la población local. Los lugareños han estado luchando contra la fábrica durante cinco años como parte de la Iniciativa Ciudadana de Grünheide (BI). La protesta comenzó a principios de 2020 con varias manifestaciones y acciones. La BI fue apoyada principalmente por unos pocos residentes muy comprometidos. Inicialmente, solo algunas personas de Berlín, a unos 20 minutos de distancia, acudían para apoyar la causa. La BI recopiló información localmente, organizó manifestaciones y comenzó un procedimiento legal contra el proyecto a gran escala. No fue hasta 2023 cuando se formó una gran alianza de varios grupos radicales de izquierda de Berlín para proteger el bosque y promover un cambio en la política de transporte. Organizaron charlas puerta a puerta, un festival del agua en la ciudad más cercana y caminatas regulares por el bosque que pronto sería talado.
Al mismo tiempo, la opinión pública se tornó negativa hacia la fábrica debido a titulares en Stern sobre las miserables condiciones laborales y la destrucción ambiental. Aunque la fábrica se construyó en una zona de protección de agua potable de la que 170,000 residentes locales obtienen su agua, en los primeros dos años se produjeron más de 26 accidentes relacionados con sustancias tóxicas. Una sola estación de servicio ilegal filtró cientos de litros de diésel, mientras que los expertos ambientales afirman que solo 30 litros de diésel o aceite serían suficientes para contaminar el agua potable en la aldea de al lado. Sin embargo, los políticos no están comprometidos con la protección del agua subterránea y permanecen en silencio sobre estos incidentes.
La ocupación
Desde el principio, los ocupantes del bosque en Grünheide han podido contar con una red de personas solidarias de la región. Cada día, miembros de la Iniciativa Ciudadana (BI) se acercan para intercambiar ideas, y diariamente llegan personas con donaciones: herramientas, tiendas de campaña, sacos de dormir, comida, todo lo que la ocupación del bosque necesita y pide a través de sus canales. Y si las personas no vienen a donar, a menudo son abuelas las que traen a sus nietos para que comprendan la situación y les enseñen cómo aún es posible resistir hoy en día. Los visitantes llegan desde distancias de entre 3 y 70 km, pero casi todas proceden de las zonas rurales de los alrededores de Berlín. Una familia visitante le cuenta a un ocupante, que les guía por el bosque, que en su pueblo está por construirse una gran urbanización. Le dijeron cuánto desearían que jóvenes como los de Grünheide llegaran a ocupar el bosque en peligro. Está claro que un rayo de esperanza ha llegado a sus vidas. Pero, desafortunadamente, el ocupante no tiene tiempo para responder, ya que se dirige rápidamente a su siguiente tarea: tiene que ayudar a construir la próxima casa en los árboles.
Cada día más personas llegan con donaciones. Algunos traen cajas negras, aparentemente baterías para obtener al menos un poco de electricidad. Los miembros de la iniciativa ciudadana siguen enfatizando la importancia del papel que juega la ocupación en la lucha contra Tesla. Fue difícil movilizar a la gente, incluso durante las charlas puerta a puerta había poco entusiasmo por la BI. Pero desde que los ocupantes tomaron el bosque, los residentes locales están muy emocionados y llenos de esperanza de que su hogar no continué siendo destruido.
Parece que aquí se han encontrado dos grupos de personas, ambos con un apego similar al bosque de Grünheide. Muchos residentes que pasan por el lugar nos cuentan cuánto valoran este bosque. Algunos vienen todos los domingos a caminar o a andar en bicicleta por el bosque de camino al trabajo. Mientras Tesla retrata repetidamente el bosque como una mera monocultura de pinos, los residentes, que realmente conocen el bosque, lo aprecian en toda su diversidad. “Hay un denso sotobosque por todas partes y ya se pueden ver la primera y segunda generación de nuevos árboles, en su mayoría robles.” Los gestores del proyecto de Tesla parecen no haber puesto nunca un pie en este bosque. Sin embargo, los residentes locales lo valoran mucho.
Esto, a su vez, los conecta con los activistas, porque siempre hablan de este bosque como algo vivo. Describen cómo aquí, por todas partes, plantas y animales están vivos, y lo doloroso que es ver cómo se tala todo un bosque. Para algunos, este bosque en Grünheide es tan importante que llegan desde lejos, desde diferentes partes de Alemania; otros han venido desde Berlín. Sin embargo, ahora todas se levantan para defender el bosque y están creando una nueva comunidad a partir de él y dentro de él. Los activistas recogen repetidamente árboles muertos del bosque. Los utilizan para construir más casas en los árboles. Durante horas, sierran y transportan los grandes troncos en grupos de cuatro o quince. Luego pelan los troncos. Todo parece un hormiguero: todos tienen una tarea y, si no tienen una, rápidamente la encuentran. No hay descanso ni silencio, y nadie, excepto los visitantes, se toma el tiempo para conversar. Por la noche es más tranquilo, cuando todos duermen en las casas en los árboles, que se elevan a alturas vertiginosas día tras día. Un activista dice: “Realmente hemos perdido el sentido de comunidad en todas partes. Aquí es diferente. Aquí pasamos el día juntas desde el amanecer hasta el anochecer y cuidamos la naturaleza en la que vivimos”. Muchos activistas expresan claramente que están defendiendo este bosque y evitando que se convierta en un desierto arenoso para una gigafábrica. Un activista delgado dice en una conversación: “Todas somos parte de esta naturaleza, por lo que también es un ataque a nosotras si este bosque es destruido.” Estas palabras lo dejan claro: las jóvenes activistas ven esto como una lucha a largo plazo que no terminará con este bosque. Una de las razones de este entendimiento son los diversos ataques a los que los activistas están expuestos repetidamente. Por ejemplo, enfrentandose a pequeños escuadrones policiales o a un grupo de jóvenes de extrema derecha. Esto hace que la autodefensa constante sea un tema siempre presente. Siempre hay discusiones sobre posibles ataques y muchos están preparados para defender el bosque de manera militante. Pero, por razones tácticas, se ha decidido permanecer a la defensiva por el momento.
¿Y después?
La cooperación en la ocupación del bosque se basa en una fuerte comprensión de la importancia de la naturaleza, aunque también se han reportado dificultades. "Algunas personas solo quieren construir más y más casas en los árboles, pero olvidan que primero debemos dirigirnos a los residentes locales", dice uno de los ocupantes, concluyendo que "todo lo que les importa es construir más y más, pero ¿cuál es el sentido de protestar si nadie se da cuenta?". Otro grupo sigue intentando acercarse a los trabajadores de Tesla y mantener limpia el área cerca del pabellón de la cocina para que se vea bien cuando pasen los empleados. Este grupo cree que los trabajadores deben ser persuadidos para que se opongan a la expansión. Intentan informar a los empleados con folletos sobre sus propias posibilidades en la disputa laboral y la ocupación. Lamentablemente, estos intentos son aislados y mayormente no han tenido éxito hasta ahora. No parece haber una dirección estratégica común en el bosque, y muchos están trabajando en su propia dirección, pero sin un plan conjunto.
Una activista del bosque dice: "La historia se repite cada vez con estas ocupaciones de bosques. Primero hay un megaproyecto planeado, los activistas ocupan el lugar, los residentes lo apoyan y luego, después de unos meses, llega el desalojo con una movilización masiva espectacular con las grandes organizaciones contra el desalojo de la ocupación." Ella describe la casi idéntica repetición de los eventos del movimiento climático, que ocupó los bosques de Hambi y Danni y la aldea de Lützerath en Alemania, y luego intentó evitar el desalojo con publicidad, pero nunca funcionó realmente. Durante varios años, estos lugares fueron puntos de referencia centrales para el movimiento climático, donde cientos de activistas acudieron y aprendieron sobre la vida sin el estado. El enfoque estaba en la autoempoderamiento, mientras que el trabajo social siempre quedaba en segundo plano. Los desalojos fueron grandes eventos donde decenas de miles de personas acudieron y resistieron pacíficamente o de manera militante. Fueron liderados por unas pocas organizaciones que rutinariamente planifican y llevan a cabo acciones masivas. Algunos dicen que esto está a punto de cambiar, ya que se ha formado la alianza de protesta Disrupt.
Disrupt
Disrupt une a gran parte de la izquierda postautónoma que quiere romper con la forma anterior de trabajar. Consideran que es necesario un trabajo social a largo plazo, así como una organización o red que critique el capitalismo en su conjunto. Usan ejemplos como que las protestas en torno a las políticas de transporte, con una base amplia, pueden comenzar a romper con el aislamiento en el que a menudo han existido hasta ahora. La experiencia ha demostrado que grandes movilizaciones de decenas de miles de personas simplemente se disipan tan pronto como una campaña ha alcanzado su punto máximo. En Grünheide, se suponía que las cosas serían diferentes. Los activistas trabajaron con la iniciativa ciudadana local durante muchos meses antes y prestaron atención a sus ideas sobre la forma de la protesta. Se llevó a cabo un trabajo a largo plazo con los actores locales y la protesta se escaló paso a paso para involucrar a los residentes.
Llegaron los días de acción y más de mil personas participaron en las acciones. Al final, hubo acciones en las que 800 personas lograron subirse a las barandillas de la fábrica de Tesla. Otros lograron bloquear las vías de acceso a un centro de carga de Tesla durante varias horas. Lo impresionante fue que todas las acciones fueron planificadas con precisión y encajaron perfectamente en cuanto a su cronometraje. Este nivel de profesionalismo, con diferentes acciones apoyándose mutuamente, se basa en muchos años de experiencia en la implementación de tales acciones, cuya preparación es secreta y en las que, sin embargo, pueden participar cientos y miles de personas.
Pero mientras las acciones se planifican cada vez con más precisión, el movimiento climático sigue atrapado en viejos patrones. El enfoque está principalmente en cómo llevar su propio tema al discurso público a través de las imágenes más espectaculares posibles de las acciones o cómo cambiar el espacio de discusión social mediante acciones. En el pasado, esto ha llevado repetidamente a campañas impresionantes que han ampliado la visión del público sobre un tema e incluso lo han desplazado hacia la izquierda. Sin embargo, con este objetivo, se pierde de vista la sociedad que realmente existe a tu alrededor, y en Grünheide, también, solo unos pocos residentes fueron incluidos en la protesta.
Esto no muestra un fracaso de la estrategia, sino una falta de coordinación de la estrategia. Como antes, el enfoque de la mayoría de las organizaciones estaba en las acciones y no en trabajar con la gente en el terreno. Algunas organizaciones se centraron en el trabajo social, pero no tenían suficiente gente para implementarlo de manera lo suficientemente amplia. Construyeron relaciones individuales en el terreno y crearon conexiones a largo plazo, pero mientras solo unas pocas personas estén involucradas, no hay oportunidad de ampliar la experiencia y provocar un cambio general en el movimiento. La opinión unánime es que las cosas no pueden continuar como antes. Con este fin, se están probando nuevas estrategias y se está evaluando la campaña en torno a la política de transporte con un enfoque en la planta de Tesla en Grünheide con la BI, el trabajo de base, la ocupación y los días de acción. Con suerte, se sacarán las conclusiones correctas para la próxima campaña. El movimiento climático en Alemania está en un estado de transición y llevará unos años ver qué progreso se ha logrado. Pero con un amplio interés en la organización de base y las aspiraciones revolucionarias, parece prometedor para un cambio. Los activistas saben que hay movimientos en el mundo de los que pueden aprender. Algunos están entusiasmados con los Soulevements de la Terre en Francia, una amplia red que va desde grupos radicales de izquierda hasta campesinos que organizan protestas masivas contra la destrucción ecológica y han formado cientos de comités locales hasta la fecha. Otros miran a Chiapas y anhelan la organización amplia de la población. Está claro para todos que se necesitan nuevas soluciones y que el mundo está lleno de movimientos que ya están poniendo en práctica otros enfoques nuevos.
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